Por NAYARA BATSCHKE
SANTIAGO (AP) — La presidenta de la Cámara de Diputados de Chile, Karol Cariola, oficializó el lunes su renuncia al cargo en medio de una investigación por presuntas irregularidades y tráfico de influencia que pesa en su contra, en un caso que ha generado revuelo en el país sudamericano.
Cariola, diputada por el Partido Comunista (PC), una de las formaciones que integra el oficialismo chileno, ya había anunciado la víspera su decisión anticipada de dimitir, en medio de los crecientes pedidos por parte de la oposición de que abandonara el cargo debido a la investigación judicial en curso.
“Después de reflexionar profundamente esta situación, he llegado a la convicción de que necesito tranquilidad y concentración para los cuidados de mi hijo que es, sin ninguna duda, mi primera prioridad”, dijo la parlamentaria en un comunicado. “Debo, además, defenderme de los ataques que estoy recibiendo porque él necesita a su madre fuerte y entera”.
La fiscalía chilena investiga a la diputada, quien se enfrentó a tres mociones de censura en las últimas semanas, por posibles irregularidades en la fallida adquisición de una clínica médica por la Municipalidad de Santiago, así como por supuesto tráfico de influencias en favor de un empresario de origen chino.
En una larga misiva, Cariola negó todas las acusaciones y afirmó ser blanco de “malas intenciones y los más despiadados oportunismos” por parte de la oposición. Criticó, además. a la postura de los investigadores y fiscales a cargo de las diligencias, que, a su juicio, “ha desatado una serie de consecuencias personales y políticas”.
La conducción del caso por parte del Ministerio Público no estuvo exenta de polémica y ha abierto un debate tanto en la esfera política como en la ciudadana, ya que las diligencias se produjeron cuando la parlamentaria se encontraba de baja maternidad para dar a luz a su primer hijo.
Hace dos semanas, la Policía llevó a cabo el registro y allanamiento del domicilio de Cariola, tan solo horas después del parto de su primer bebé, Borja. Ocho días después, la parlamentaria fue citada en el Congreso, al que apareció con su recién nacido en brazos, para defenderse de una tercera moción de censura, rechazada por la mayoría de los diputados.
“Todo ello he tenido que enfrentarlo en un momento de alta vulnerabilidad como cualquier mujer que recién ha parido, con limitaciones evidentes para defenderme de los ataques”, acusó en su carta a la Cámara Baja.
La diputada se vio envuelta, además, en un complicado escenario después de que medios locales filtraran conversaciones privadas en las que critica duramente al presidente de Chile, Gabriel Boric —un aliado político– y su forma de conducir al país.
La revelación de los mensajes, procedentes de los aparatos electrónicos confiscados por la policía, fue cuestionada por el mandatario y parlamentarios tanto del oficialismo como la oposición, quienes han pedido a las autoridades tomar medidas concretas para averiguar las circunstancias de la filtración, ya que las pesquisas corren bajo secreto en la justicia y pese al orden de un tribunal de que se eliminaran las fotografías del parto de la legisladora y sus chats personales.
A raíz de las denuncias, la fiscalía anunció el sábado que ha abierto una investigación de oficio para “esclarecer si ha existido la filtración de antecedentes reservados y, en su caso, establecer responsabilidades”, ya que las conversaciones se encontraban “en una carpeta investigativa vigente y amparada bajo la reserva”.
Una vez recibida la renuncia de Cariola, la Cámara de Diputados deberá ahora aprobarla y, en caso afirmativo, realizar una votación para elegir la nueva directiva, un proceso que podría extenderse por varias semanas.